Reflexión 273 Pío XI Quadragesimo anno (XIII) Enero 23 2014

 

 

 

 

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Socialismo y cristianismo: ¿son compatibles?

 

En el programa anterior leímos los números 114 y 115 de la encíclica QA del Papa Pío XI. En esos números Pío XI señala de manera inequívoca que el socialismo y el cristianismo no son compatibles. Sin embargo, se podría uno preguntar si no hay alguna contradicción porque parecía que el Papa había aprobado el socialismo, cuando había señalado que sus postulados “ya nada tienen de contrario a la verdad cristiana”, en palabras del  N° 115. Una línea después en la encíclica añade que esos principios “no son propios del socialismo”, en el sentido de que esos principios los tiene también la doctrina cristiana. Podría quedar uno con la idea  de que el socialismo hubiera tomado del cristianismo esos principios que menciona el Papa y  puede quedar la duda de, entonces por qué no son compatibles el cristianismo y el socialismo. ¿Hay contradicción en la encíclica QA de Pío XI sobre si es aceptable o no el socialismo?

Aclaremos esta duda. Compatible sería el socialismo si uno pudiera sin contradicción en sus principios, ser socialista y al mismo tiempo practicar el cristianismo. ¿Por qué sí o por qué no? Comencemos por recordar cuáles son los postulados a que se refiere Pío Pío XI cuando dice que no tienen nada contrario a la verdad cristiana. Menciona primero la lucha de clases, y muestra, en el N° 114 la diferencia que tiene el postulado de la lucha de clases, como lo pretende el comunismo, que es una lucha violenta, con la otra lucha de clases,  de la que habla el socialismo. Nos dice QA que en el socialismo no se promueven las enemistades y el odio, sino una sana discusión, fundada en el amor a la justicia, de manera que esa sana discusión puede ser el principio por donde se llegue a la mutua cooperación.  De manera que si la lucha de clases que sostiene el socialismo no es la violenta, que defiende el comunismo, sino una sana discusión fundada en el amor a la justicia, esa clase de “lucha de clases”, sin odio, sin violencia, es aceptable. Creo que podemos estar perfectamente de acuerdo. Quizás es mejor no calificar de “lucha de clases” la posición del socialismo sobre las diferencias entre el capitalismo y las corrientes, entre ellas el socialismo, cuando  presentan como principio de su concepción de la vida, la justicia social.

La lucha de clases y la propiedad privada en comunismo y socialismo

 

Sobre la guerra a la propiedad privada que el comunismo pretende, hasta el extremo de luchar por extinguirla,  afirma la encíclica que si el socialismo suaviza su posición sobre la propiedad privada, de modo que no se pretenda extinguirla, sino solo reservar algunas propiedades al Estado, – podemos pensar en propiedades que se consideren estratégicas para el desarrollo de un país, – entonces esos postulados del socialismo, sobre la lucha de clases y la propiedad privada  no serían distintos a los principios del cristianismo. Como ejemplo de lo que el comunismo sostiene sobre la propiedad privada, recordemos que en Cuba, solo ahora, después de tantos años de fracaso del sistema, se ha empezado a aceptar que los particulares puedan tener algunas mínimas propiedades. Allá no era posible ser propietario de un vehículo de servicio público, de una pequeña tienda, de un sencillo restaurante, de ningún negocio. De todo era o es propietario el Estado.

 

Como ejemplo de la reserva de solo algunas propiedades al Estado, es lo que sucede en Colombia con las minas y el petróleo. El artículo 332 de la Constitución establece que “El Estado es propietario del subsuelo y de los recursos naturales no renovables”…

 

De manera que el Papa Pío XI en QA no bendice el socialismo, sino que aclara la diferencia entre los extremismos condenables del comunismo y la posición no extrema  del socialismo en lo referente a la lucha de clases y a la propiedad privada.  Al Papa Pío XI le preocupa y se pregunta si  el socialismo y el catolicismo son compatibles, es decir, si un católico puede lícitamente afiliarse al socialismo. Y esto lo zanja en los números siguientes de QA. Pío XI sostiene de manera inequívoca la incompatibilidad entre socialismo y cristianismo. Algunos católicos pensaban que sí era lícito pertenecer al socialismo y que la Iglesia debería flexibilizar algunas de sus posturas frente al socialismo y así llegar a un punto de convergencia. Es importante que nos quede claro.

 

En el N° 120 de QA dice Pío XI: “Socialismo religioso, socialismo cristiano, implican términos contradictorios: nadie puede ser a la vez buen católico y verdadero socialista”.

 

¿En qué se funda Pío XI para esa tajante declaración? En síntesis, en el N° 117 afirma la Iglesia que el socialismo “es incompatible con los dogmas de la Iglesia católica puesto que concibe la sociedad de una manera sumamente opuesta a la verdad cristiana.” Si nos preguntamos cómo conciben la sociedad, el socialismo por una parte y el cristianismo por otra, Pío XI nos dice que el socialismo ignora el fin trascendente del ser humano y de la sociedad y pretende que la sociedad humana ha sido instituida exclusivamente para el bien terreno (QA 118). Además subordina la persona a la sociedad y a las necesidades de producir, llegando a inmolar los más elevados bienes del hombre como la libertad (QA 119).

¿Cuál es la concepción del socialismo sobre la persona humana y la sociedad?

 

De manera que, como afirma QA en el N° 119, el socialismo es más que un sistema económico y se va convirtiendo en una forma de entender la vida, e impregna los espíritus y las costumbres.

 

Es importante que leamos las palabras de los números 18 y 119 de QA para cerrar esta aclaración sobre socialismo y doctrina católica.

 

118. El hombre, en efecto, dotado de naturaleza social según la doctrina cristiana, es colocado en la tierra para que, viviendo en sociedad y bajo una autoridad ordenada por Dios (cf Rom 13,1), cultive y desarrolle plenamente todas sus facultades para alabanza y gloria del Creador y, desempeñando fielmente los deberes de su profesión o de cualquiera vocación que sea la suya, logre para sí juntamente la felicidad temporal y la eterna.

 

El socialismo, en cambio, ignorante y despreocupado en absoluto de este sublime fin tanto del hombre como de la sociedad, pretende que la sociedad humana ha sido instituida exclusivamente para el bien terreno.

 

119. Del hecho de que la ordenada división del trabajo es mucho más eficaz en orden a la producción de los bienes que el esfuerzo aislado de los particulares, deducen, en efecto, los socialistas que la actividad económica, en la cual consideran nada más que los objetos materiales, tiene que proceder socialmente por necesidad.

 

En lo que atañe a la producción de los bienes, estiman ellos que los hombres están obligados a entregarse y someterse por entero a esta necesidad. Más aún, tan grande es la importancia que para ellos tiene poseer la abundancia mayor posible de bienes para servir a las satisfacciones de esta vida, que, ante las exigencias de la más eficaz producción de bienes, han de preterirse y aún inmolarse los más elevados bienes del hombre, sin excluir ni siquiera la libertad.

 

Sostienen que este perjuicio de la dignidad humana, necesario en el proceso de producción “socializado”, se compensará fácilmente por la abundancia de bienes socialmente producidos, los cuales se derramarán profusamente entre los individuos, para que cada cual pueda hacer uso libremente y a su beneplácito de ellos para atender a las necesidades y al bienestar de la vida.

 

Pero la sociedad que se imagina el socialismo ni puede existir ni puede concebirse sin el empleo de una enorme violencia, de un lado, y por el otro supone una no menos falsa libertad, al no existir en ella una verdadera autoridad social, ya que ésta no puede fundarse en bienes temporales y materiales, sino que proviene exclusivamente de Dios, Creador y fin último de todas las cosas (Diuturnum, 29 de junio de 1881).

 

120. Aun cuando el socialismo, como todos los errores, tiene en sí algo de verdadero (cosa que jamás han negado los Sumos Pontífices), se funda sobre una doctrina de la sociedad humana propia suya, opuesta al verdadero cristianismo. Socialismo religioso, socialismo cristiano, implican términos contradictorios: nadie puede ser a la vez buen católico y verdadero socialista.

Los socialismos de hoy

 

 

Estamos hablando del socialismo como se presentaba en el tiempo de Pío XI. ¿Qué sucede ahora? Hay varias formas de socialismo y para calificarlo de compatible o no con la fe católica, habría que preguntarse si el socialismo del que nos hablan hoy  está de acuerdo con la visión cristiana de la vida, y no solo fijarnos en uno u otro principio de esa ideología.

 

Aunque este asunto sobrepasa el contenido de QA, creo que es oportuno ampliar la explicación del socialismo, para que no nos queden dudas. Me voy a orientar por un Curso de Doctrina y Pastoral Social del Secretariado Nacional de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal. El Secretariado tiene un curso de formación socio-política y el módulo tercero trata sobre Socialismos, Marxismo, Comunismo. El título ya nos indica que no hay un solo socialismo, pues trata de socialismos, en plural.

 

Quien quiera profundizar en las teorías socialistas tendría que empezar desde el filósofo Platón y su obra “La República” que propone una utopía política caracterizada por la comunidad de bienes y regida por sabios;  habría que continuar con el estudio de “La Ciudad de Dios”, de San Agustín, quien propone una sociedad regida por principios como el amor de Dios y la lucha contra el egoísmo. Seguir con Santo Tomás Moro y su obra llamada precisamente “Utopía”, en la que hace un análisis crítico de la sociedad pre capitalista de Inglaterra y plantea la posibilidad de una sociedad ideal en que la propiedad sería común y donde reinen la justicia y el bienestar. Podríamos nombrar toda una lista de personas que soñaban con una sociedad justa y de bienestar. Sir Francis Bacon en su obra “La Nueva Atlántida” presenta una isla fabulosa, regida por una academia científica y técnica, encargada del progreso y de los inventos que hagan mejor la vida.

 


 

Todas esas ideas de pensadores desde Platón y los que han seguido en el tiempo, fueron originando otras propuestas que aterrizaran en algo más práctico y realizable y no fueran solo utopías, es decir ideas irrealizables, hasta llegar a los llamados socialismos reformistas, algunos de los cuales se inspiraron inicialmente en el marxismo pero luego se enfrentaron a él y lo modificaron para corregir sus exageraciones.

 

En 1920 en Ginebra se estableció la II Internacional Socialista. La I Internacional Socialista la había organizado Marx en Londres. La II Internacional Socialista estaba formada por partidos no marxistas y en Moscú se organizó la III Internacional Socialista exclusivamente marxista.

 

Transcribo lo que el curso del Secretariado de Pastoral Social dice en la Pg 28 sobre los actuales partidos o movimientos que pertenecen a la II Internacional Socialista: la Sociedad democrática alemana, implantadora de la “cogestión” obrera en la dirección de empresas, el laborismo británico, defensor de la igualdad “cualitativa”, que no significa uniformidad social sino eliminación de diferencias extremas mediante intervención estatal y creación de empresas mixtas; el socialismo escandinavo en especial el socialismo sueco, de un sistema tributario fuerte y de una amplísima seguridad social; el socialismo francés  partidario de una nacionalización programada; el laborismo israelí de carácter agrario-comunal, obrerista y cooperativista; el socialismo de Italia, Austria, España, Japón, Portugal, etc., y en América Latina, por ejemplo la Acción Democrática de Venezuela y el Partido Liberal Colombiano.

¿Más cerca del socialismo o del capitalismo liberal?

 

 

Como vemos, es tal la diversidad de partidos socialistas de acuerdo con la idiosincrasia de cada país, que es fácil concluir que no todos los partidos socialistas siguen la orientación de la misma ideologíay que algunos de esos partidos aunque estén afiliados a la Internacional socialista, esos partidos se acercan más al liberalismo capitalista que al socialismo. Creo que eso pasa en Colombia con el partido liberal.

 

Afirma el curso del Secretariado de Pastoral Social por el que me he guiado para estas aclaraciones: La mayoría de esas organizaciones se declaran partidarias de la intervención estatal en los aspectos sociales (educación, salud, seguridad social), pero a la hora de las realizaciones muchos han terminado negociando con otras fuerzas políticas y transigiendo por modelos mixtos en los que se combina la labor estatal con la privada en incluso han impulsado la privatización.

 

En la próxima reflexión sacaremos algunas conclusiones de la presentación que hoy hemos hecho sobre los socialismos.