Reflexión 248 – Conclusión de Rerum novarum, el libre examen, junio 6, 2013

 

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Al abrir este “blog” encuentra la reflexión más reciente, que es el contenido del último programa de esta serie, transmitido por Radio María de Colombia y preparado por Fernando Díaz del Castillo Z. En la columna de la derecha están las Reflexiones anteriores que siguen la numeración del libro “Compendio de la D.S.I.” Con un clic usted elige.

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La Rerum  novarum documento fundamental


En la reflexión pasada repasamos lo que la encíclica Rerum novarum nos enseña sobre la propiedad privada que es atacada por el socialismo marxista y que se defiende más allá de lo justo por el capitalismo liberal. Vimos que el Papa León XIII defiende el derecho a la propiedad privada; pone claro que los trabajadores serían perjudicados al abolirla, porque es natural que el trabajador aspire a conseguir un techo propio con su salario, y que necesita en previsión del futuro para su familia; añade la encíclica R.N. que el derecho a la propiedad privada se funda en la naturaleza. Un segundo argumento a favor de la propiedad se basa en que para ser fértil, la tierra necesita el trabajo del ser humano y con ese trabajo la persona humana deja en ella su huella indeleble.

Un tercer argumento de la encíclica Rerum novarum a favor de la propiedad privada se desarrolla a partir de la negación del poder que el estado pretende tener, para  anular los derechos de la familia o de la patria potestad. Nos dice León XIII que el Estado no puede asumir el papel de la familia. Finalmente afirma la Rerum novarum que abolir la propiedad privada perturba la paz, suscita conflictos, quita los estímulos para trabajar y genera miseria.

También dedicamos un tiempo a defender el derecho a la objeción de conciencia que hoy se niega a los hospitales que por sus principios éticos se rehúsan a practicar abortos en sus instalaciones. Recordamos la valentía de objetores de conciencia como Santo Tomás Moro, quien fue lord canciller de Inglaterra  y el Beato Franz Jäggerstätter, beatificado y declarado por Benedicto XVI patrono de los objetores de conciencia.

En la próxima entrega de estas reflexiones trataré de nuevo sobre la objeción de conciencia, porque el exrector de la Universidad Nacional doctor Moisés Wasserman, escribió sobre este tema en El Tiempo del domingo 2 de junio (2013), y en su columna pretende que el Procurador general de la nación cuando defiende la objeción de conciencia  la confunde con la desobediencia civil. Añade que la objeción de conciencia es un acto individual e íntimo y la desobediencia civil es un hecho político. Yo desearía que un jurista católico connotado, que los hay, le respondiera, porque quiere desvirtuar lo que afirma la Constitución para quitar autoridad al Procurador. Ojalá se presente alguno, de lo contrario lo intentaré hasta donde lo permitan mis conocimientos, en la próxima reflexión. 

Finalmente, en el programa pasado presentamos el parecer del Papa Francisco sobre el valor del trabajo, del que dice que “unge de dignidad a la persona”, y mencionamos su insistencia en estos días en la caus de la crisis financiera actual, de la cual afirma:

Una de las causas de esta situación, en mi opinión, radica en la relación que tenemos con el dinero, en aceptar su dominio sobre nosotros y nuestras sociedades. Así, la crisis financiera que estamos atravesando nos hace olvidar su origen primero, situado en una profunda crisis antropológica. ¡En la negación de la primacía del hombre! Hemos creado nuevos ídolos. El antiguo culto al becerro de oro ha encontrado una imagen nueva y despiadada en el fetichismo del dinero y en la dictadura de la economía sin rostro ni objetivo verdaderamente humano”.

La crisis económica y financiera tiene en su base una crisis antropológica

En estos días ha vuelto el Papa Francisco a insistir en la necesidad de la ética en el manejo de la economía y de las finanzas y cómo el desequilibrio económico se deriva de las ideologías que promueven la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera, negando así a los Estados el derecho de controlar, aunque éstos sean los encargados del bien común. Como comentamos ese es un pensamiento del capitalismo liberal que se sigue aplicando en nuestros días cuando no interviene el estado ante los abusos de las entidades financieras que cobran por sus servicios sumas demasiado altas y reconocen a sus clientes unos intereses tan bajos que hacen imposible el ahorro en Colombia.

La ideología liberal sigue viva en el siglo XXI

Precisamente el miércoles 5 de junio (2013), publicó El Tiempo (Pg 2) una entrevista a la presidenta de Asobancaria, el gremio que congrega a las entidades financieras; en esa entrevista se queja ella de normas aprobadas o que se quieren aprobar en el congreso para controlar a los bancos. Al preguntarle qué normas le parecen nocivas a la banca, señala en particular la que prohíbe las multas de los bancos por el pago de las deudas por anticipado o la que impuso un tope a los cobros por usar un cajero electrónico distinto al de la entidad donde el cliente tiene la cuenta.  Consideraría muy nociva para los bancos si se aprobara una norma que prohíba el cobro por ciertos servicios. Ese espíritu del capitalismo liberal que niega a la autoridad el derecho de controlar a las entidades financieras está muy vivo en el siglo XXI. La queja de todos es que los bancos abusan con esos cobros por servicios.

En una reciente intervención, el Papa Francisco tocó temas que casan perfectamente con lo que estamos estudiando. El 25 de mayo (2013) en discurso a la Fundación Centesimus annus pro Pontifice, instituida por Juan Pablo II, con motivo de un congreso internacional dedicado al tema: “Replantearse la solidaridad para el trabajo: los retos del siglo XXI” les dijo, Francisco:

Replantearse la solidaridad  no significa poner en tela de juicio el magisterio reciente que, en cambio, demuestra cada vez más su amplitud de miras y su actualidad. Creo que “replantearse” significa dos cosas: en primer lugar conjugar el magisterio con la evolución socio-económica que, por ser constante y rápida, presenta siempre aspectos nuevos; en segundo lugar, significa, profundizar, reflexionar para que emerja todavía más la fecundidad de un valor – la solidaridad, en este caso- que procede del evangelio, es decir de Jesucristo y por lo tanto, tiene un potencial inagotable”.

La crisis económica y social hace “todavía más urgente este “replanteamiento” … El fenómeno del desempleo, de la falta y la pérdida del trabajo, se extiende como una mancha de aceite en vastas zonas de occidente y dilata las fronteras de la pobreza. Y no hay peor pobreza material, quiero subrayarlo, de la que no deja ganarse el pan y priva de la dignidad de trabajo. Y esto …ya no afecta sólo al sur del mundo, sino a todo el planeta. De ahí la necesidad de “replantearse la solidaridad”, no como una simple asistencia para los más pobres, sino como un replanteamiento global de todo el sistema, como búsqueda de caminos para reformarlo y corregirlo siendo coherentes con los derechos fundamentales de todos los seres humanos. A esta palabra “solidaridad”, que no está bien vista por el mundo económico – como si fuera una mala palabra -, hay que devolverle la ciudadanía social que se merece”.

El Santo Padre ha reiterado, al final de su discurso, que la crisis no es sólo económica o financiera, sino que hunde sus raíces en una crisis ética y antropológica. “Seguir a los ídolos del poder, del beneficio, del dinero, por encima del valor de la persona, se ha convertido en una norma fundamental de funcionamiento y en criterio decisivo de organización. Nos hemos olvidado y nos olvidamos todavía que, por encima de los negocios, de la lógica y de los parámetros de mercado, está el ser humano y que hay algo que se le debe en cuanto persona, en virtud de su dignidad profunda: darle la posibilidad de vivir dignamente y de participar en el bien común.”

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 ¿Qué significa la Rerum novarum en la DSI?

Enseguida vamos a leer lo que nos dice el Compendio de la DSI  sobre la Rerum novarm en los números 89 y 90. Ahora, después de lo que hemos venido estudiando, estamos más preparados para comprenderlos. Dice el N° 89:

 

Como respuesta a la primera gran cuestión social, León XIII promulga la primera encíclica social, la « Rerum novarum ». Esta examina la condición de los trabajadores asalariados, especialmente penosa para los obreros de la industria, afligidos por una indigna miseria. La cuestión obrera es tratada de acuerdo con su amplitud real: es estudiada en todas sus articulaciones sociales y políticas, para ser evaluada adecuadamente a la luz de los principios doctrinales fundados en la Revelación, en la ley y en la moral naturales.

La « Rerum novarum » enumera los errores que provocan el mal social, excluye el socialismo como remedio y expone, precisándola y actualizándola, « la doctrina social sobre el trabajo, sobre el derecho de propiedad, sobre el principio de colaboración contrapuesto a la lucha de clases como medio fundamental para el cambio social, sobre el derecho de los débiles, sobre la dignidad de los pobres y sobre las obligaciones de los ricos, sobre el perfeccionamiento de la justicia por la caridad, sobre el derecho a tener asociaciones profesionales ».

La «Rerum novarum» se ha convertido en el documento inspirador y de referencia de la actividad cristiana en el campo social. El tema central de la encíclica es la instauración de un orden social justo, en vista del cual se deben identificar los criterios de juicio que ayuden a valorar los ordenamientos socio-políticos existentes y a proyectar líneas de acción para su oportuna transformación.

Sigue así en el N° 90 el Compendio de la DSI:

90 La «Rerum novarum» afrontó la cuestión obrera con un método que se convertirá en un « paradigma permanente »  para el desarrollo sucesivo de la doctrina social. Los principios afirmados por León XIII serán retomados y profundizados por las encíclicas sociales sucesivas. Toda la doctrina social se podría entender como una actualización, una profundización y una expansión del núcleo originario de los principios expuestos en la « Rerum novarum ». Con este texto, valiente y clarividente, el Papa León XIII confirió «a la Iglesia una especie de “carta de ciudadanía” respecto a las realidades cambiantes de la vida pública» y «escribió unas palabras decisivas », que se convirtieron en «un elemento permanente de la doctrina social de la Iglesia», afirmando que los graves problemas sociales « podían ser resueltos solamente mediante la colaboración entre todas las fuerzas»  y añadiendo también que «por lo que se refiere a la Iglesia, nunca ni bajo ningún aspecto ella regateará su esfuerzo».

 

Como hemos podido comprender por las palabras del Compendio de la DSI, la encíclica Rerum novarum tiene una importancia inmensa para comprender las enseñanzas evangélicas sobre la vida en sociedad, y es imprescindible para enmarcar en unos principios permanentes la doctrina social católica, cuando se refiere a los que llama el Compendio las realidades cambiantes de la vida pública.

                               ¿Es solo la Rerum novarum la herencia doctrinal de León XIII?

 

Como el Compendio de la DSI trata en este capítulo del desarrollo histórico de las enseñanzas de la Iglesia en lo social, después de presentar la encíclica Rerum novarum, sigue con otra de gran importancia, la Quadragesimo anno, llamada así porque fue en conmemoración de los cuarenta años de la Rerum novarum, e.d. en el cuadragésimo año. Sin embargo, antes de pasar al aporte de otro Papa a la DSI, digamos algo más sobre León XIII, pues no fue solo su gran obra la Rerum novarum, su herencia doctrinal. Me basaré, como en otras oportunidades, en la opinión del P. Ildefonso Camacho en su libro Doctrina Social de la Iglesia, una aproximación histórica.

 

Tengamos en cuenta que el manejo de la política es un asunto que concierne al campo de la doctrina social, porque la política se refiere a la administración del bien común, a la conducción de las naciones por el camino que conviene a la sociedad. Sin duda la cuestión política era más urgente que la cuestión social antes de 1891. Según el P. Camacho (Pgs 56ss), en el siglo XIX y los comienzos del XX la Iglesia se vio enfrentada a unos modernos estados, inspirados en la ideología liberal .

 ¿A qué ideología liberal nos referimos?

Como ya lo observé en otras reflexiones, cuando hablamos de la ideología liberal o del capitalismo liberal, no nos referimos al partido liberal colombiano, sino a la ideología liberal. Si examinamos hoy el comportamiento de los políticos en Colombia podemos encontrar que hay defensores de las ideas liberales a las que nos referimos, que pertenecen a los dos partidos históricos colombianos. La ideología liberal a que se refiere León XIII es la que exalta  ante todo la libertad individual y tiene fuertes reservas frente a la autoridad, a la que, como vimos no permite que controle al capital sino que lo deja que supuestamente él se auto controle, lo mismo que a los mercados. Así como del marxismo es positivo su interés por los pobres, de la ideología liberal es positiva su promoción de una educación más abierta y su interés por la justicia social. Hay sin embargo un manejo contradictorio en ese interés, porque esa ideología, como ya vimos, es al mismo tiempo promotora del capitalismo. El origen de la ideología liberal era religioso, se basa en el principio protestante del libre examen de la Biblia, pero es también un principio filosófico.  

 

El libre examen como principio protestante y filosófico

 

El principio protestante del libre examen sostiene que la sola palabra de Dios escrita, es decir solo la Biblia es la autoridad final en materias de fe y de moral y que cualquier creyente puede interpretar la palabra de Dios con la sola inspiración del Espíritu Santo. No aceptan ninguna autoridad en la interpretación de la Sagrada Escritura. Este principio protestante está emparentado con el principio filosófico por su común rechazo de la autoridad. 

 

El libre examen como principio filosófico es el valor laico por excelencia. Según este principio, se afirma el derecho de una absoluta libertad de conciencia y el deber de no reconocer ningún dogma. Solo  se acepta como  verdad lo que admiten la razón y la experiencia, por lo tanto rechaza los argumentos de autoridad. 

 

Ustedes pueden juzgar qué tan lejos de la fe católica se encuentran los que profesan el libre examen como principio filosófico y como guía en la interpretación de la Biblia. Seguiremos con este tema en la próxima reflexión.