Reflexión 271 diciembre 19-2013 NAVIDAD 2013

 


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 Al abrir este “blog” encuentra la reflexión más reciente, que es el contenido del último programa de esta serie, transmitido por Radio María de Colombia y preparado por Fernando Díaz del Castillo Z. En la columna de la derecha están las Reflexiones anteriores que siguen la numeración del libro “Compendio de la D.S.I.” Con un clic usted elige.

 Utilice los enlaces a documentos muy importantes como la Sagrada Biblia, el Compendio de la Doctrina Social, el Catecismo y su Compendio, documentos del Magisterio de la Iglesia tales como la Constitución Gaudium et Spes, algunas encíclicas como: Populorum progressio, Deus caritas est, Spe salvi, Caritas in veritate, agencias de noticias y publicaciones católicas. Vea la lista en Enlaces.

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La siguiente reflexión la tomo tal cual fue emitida por Radio María de Colombia y los villancicos que escuchamos en esa emisión son tomados de dos discos de la compositora María Olga Piñeros Lara. Los discos tienen por nombre, el primero “Súbano p’arriba vuélvanlo a bajar” y el segundo ” Una estrella de mar en el portal”.

Son invitados para esta producción: Germán Darío Pérez en el piano, Nadia Paredes en la flauta, Claudia Grenier y Carolina Muñoz en los coros.

Para los católicos, la Navidad es un motivo de inmensa alegría porque celebramos esa locura de Dios, que para salvarnos y queriendo comunicarse mejor con nosotros, se ingenió ese inimitable invento de encarnarse en el vientre de una mujer, María y nacer como un bebé humano, común y corriente.

Así Dios niño aprendió en su hogar el lenguaje y los gestos humanos, lo que es vivir en un cuerpo frágil, mortal y a la vez con el poder de Dios de resucitar. Su madre, María, es madre de Dios, porque su hijo Jesús, es Dios y es hombre.  

María lleva ese título único, de Madre de Dios, que ninguna otra mujer lleva sobre la tierra. Por eso nuestro respeto y amor a esta mujer privilegiada, que es a la vez nuestra madre, pues fue escogida por el Padre para madre de su Hijo único, nuestro hermano mayor.  Jesús y nosotros, tenemos el mismo Padre, de modo distinto sí, pero Él, Jesús Hombre y Dios, y nosotros, seres humanos comunes y corrientes, tenemos el mismo Padre. ¿No merece esta celebración toda la alegría del mundo, la gratitud humilde y correspondencia incondicional a tal amor?

Al preparar este programa me asaltó una duda: he encontrado un contraste grande entre las canciones, sencillas, fiesteras, de los villancicos colombianos y los pensamientos que nos ofrecen místicos y teólogos como San Ignacio y el Papa Benedicto XVI. Se me ocurrió que sin embargo, Dios nos abrió campo para esta fusión: es la combinación de Jesús, Dios, encarnado en la carne humana, la majestad de Dios unida a la simplicidad humana como se expresa en nuestra música. Les pido  tomen así esta combinación de nuestra música popular de Navidad con la profundidad y altura del pensamiento místico de San Ignacio y de la teología del Papa Ratzinger.

Entre canción y canción haremos algunas reflexiones sobre el significado de la encarnación del Hijo de Dios en la persona de Jesús. Las tomaremos de los Ejercicios de San Ignacio y de reflexiones  inspiradas en el libro La Infancia de Jesús, del Papa Benedicto XVI. Terminaremos también con pensamientos del Papa Francisco.

Empecemos escuchando el currulao La Estrella de Mar, en el  Disco 2- Pista 1 – (5:18)

En ese maravilloso librito, los Ejercicios Espirituales,  San Ignacio de Loyola invita a contemplar los grandes misterios de la Encarnación y el Nacimiento del Hijo de Dios. El punto de partida en los Ejercicios, no es la majestad de la Trinidad, sentada, por así decirlo, en un esplendoroso trono. No, San Ignacio invita a ver primero, y considerar,  a los habitantes de la tierra, vestidos de tantos modos diversos según las regiones y con tan disímiles comportamientos: unos violentos, entregados a las guerras, otros pacíficos, sembradores de paz; unos llorando, otros riendo, unos ricos, otros en la pobreza, unos sanos otros enfermos, algunos seres humanos que nacen y otros que están muriendo…   

San Ignacio describe luego la reacción compasiva de Dios al contemplar a la humanidad; con la ceguera de tanta gente, el sufrimiento y la muerte violenta de muchos en la tierra. Nos sugiere enseguida San Ignacio que escuchemos la conversación de la Trinidad al observar la situación del mundo y escuchamos la decisión de las personas divinas, en palabras de San Ignacio: “Hagamos redención del género humano” y nos pide ver que en, Dios es diciendo y haciendo, Dios es acción y contemplamos lo que Dios hace, con la realización de la Encarnación. Podemos nosotros pensar que en ese panorama sombrío de la tierra, Dios irrumpe con una luz esplendorosa que la inunda de alegría, de esperanza y de paz.

Escuchemos un arrullo folclor del Pacífico, se llama Al Alba,  Disco 1, Pista 13 (2:53)

No podemos dejar de pensar en cómo llegó el Hijo de Dios a la tierra,  cómo vivió en una familia sencilla de trabajadores, y  cómo lo tratamos los seres humanos, después de su paso por la vida haciendo el bien; se le pagó con el suplicio de los criminales. Y de esas consideraciones, cómo no pasar a lo que todavía hoy vemos todos los días en las grandes ciudades: familias desprotegidas, sin techo, sin trabajo; sabemos que no pocos pasan hambre, niños que padecen una pobreza que no pueden evitar exhibir en sus zapatos rotos, en su ropa raída y su mirada triste.

Los creyentes en Cristo sabemos que son todos ellos nuestros hermanos. ¿Los tratamos siempre como de la familia? Porque  son de nuestra gran familia humana, y cuando les damos la mano, se la damos a Jesús. En el juicio definitivo nos lo va a poner de presente: Tuve hambre y me dieron de comer, estaba desnudo y me vistieron.

 Disco 1 – Pista 10, Villancico Campesino, bambuco-caña, Leonor Buenaventura  (2:13)

Para algún alivio de la situación difícil de tantas familias, el corazón de muchas personas late muy fuerte en la Navidad, y actúan para aportar de sus medios y mover a otros a hacerlo y llevar alegría a los niños, especialmente a aquellos que de otra manera no tendrían un juguete, unos zapatos, una prenda para estrenar. Los coros ensayan y los músicos y cantantes dan de su tiempo para visitar en los hospitales a los soldados heridos, a las personas que padecen, a veces sin mucha esperanza para su salud, a los ancianos olvidados que algún día alegraron a sus familias en la Navidad.

Es que algo que no podemos pasar por alto en cada Navidad, es que cuando Dios entró en nuestro mundo en la persona de Jesús, en la toda la humanidad comenzó una transformación. En cada persona que encontramos, hombre o mujer, encumbrado o humilde, un atleta o una persona con discapacidad, un niño o un anciano, de cualquier color de piel, tenemos la oportunidad de, con nuestro comportamiento, demostrar que entendemos el mensaje de Jesús, de amarnos como hermanos, y que lo que hagamos por cualquiera de ellos, Jesús lo recibe como hecho a Él mismo.

Disco 1 – PISTA 11- El Negrito José Asunción, son chocoano, de Ligia Castro Torrijos (2:57)

Para los no creyentes, la Navidad es simplemente una oportunidad para hacer reconocimientos a amigos y parientes, para una buena cena, una reunión familiar, unos días en que se puede alegrar a los niños y la ciudad se puede llenar de luces y música. Para los comerciantes es el tiempo dorado del año. Nunca venden más. Para los creyentes la Navidad es distinta, es la celebración de la máxima muestra del amor de Dios por el ser humano: para comunicarse con nosotros sin las trabas que pudiera poner la distancia de la divinidad a la simple humanidad, hace el milagro de nacer como un niño común y corriente que es Dios y es hombre al mismo tiempo.

La presencia de Jesús que parecía ser un hombre más, pero en su vida daba continuas muestras de una sabiduría y un poder por encima de lo humano, desconcertaba a sus contemporáneos. Recordemos a Pilato, el escéptico y racionalista procurador romano, que se cuestionaba sobre qué es la verdad, y se impresionó ante la imponencia de ese hombre que le habían llevado por  el delito de haberse declarado Hijo de Dios, y para despejar sus dudas, lo interroga sobre su origen, porque quisiera entender de quién se trataba realmente y qué era lo que quería, cuando le había respondido que era rey, que para eso había nacido, pero que su reino no es de este mundo (Jn 18, 36ss).

Antes, en diversas oportunidades, los que se daban cuenta del dominio de Jesús en la interpretación de la Sagrada Escritura, y su poder de curación, preguntaban desconcertados, cómo una persona tan corriente, hijo del carpintero de Nazaret, conocida su familia, era al mismo tiempo tan distinto a los demás. La normalidad de Jesús, un trabajador de provincia no parecía tener ningún misterio, debería ser igual a los demás… pero no…Tras la conocida escena en la sinagoga de Nazaret se pregunta la gente ¿Qué sabiduría es esa que le han enseñado? ¿Y esos milagros de sus manos? (Mc 6,2).

Dice Ratzinger: El origen de Jesús es al mismo tiempo notorio y desconocido; es aparentemente fácil dar una explicación y, sin embargo, con ella no se aclara de manera exhaustiva. En Cesarea de Filipo, Jesús preguntará a sus discípulos: ¿Quién dice la gente que soy yo?… Y vosotros, ¿quién decís que soy yo) (Mc 8,27). ¿Quién es Jesús? ¿De dónde viene? Ambas cuestiones están inseparablemente unidas. (Pg 11s)

San Juan en el profundo y bello prólogo de su Evangelio, nos explica el origen de Jesús, de dónde viene. Nos dice que existía desde el principio, existía desde siempre en Dios. Viene de Dios, Él es Dios. Lo llama la Palabra, el Logos, que es lo que significa   Logos, la Palabra. Esa persona, el Logos, la Palabra dice Juan que “se hizo carne y acampó entre nosotros” (Ratzinger, Pg. 19). La Palabra, Dios, se hizo comprensible para nuestra sencillez e ignorancia, vino a hablar nuestro lenguaje.

Y Ratzinger hace una emocionante alusión a nosotros, los seres humanos. Dice que nuestra verdadera «genealogía» es la fe en Jesús, que nos da una nueva proveniencia, nos hace nacer «de Dios». Genealogía es la serie de ascendientes de los que procedemos. Nosotros venimos de Dios. Un profundo pensamiento teológico: unidos por la fe en Jesús, por su gracia en el  bautismo nos hace nacer de Dios.

Disco 1 – Pista 2, Las Campanitas de Navidad, guabina-bambuco de Chava Rubio. (2:30)

Voy a terminar estas consideraciones sobre la Navidad con una reflexión a propósito de la alegría que marca el sentimiento de los creyentes en estos días y que concuerda con las palabras del Papa Francisco en su exhortación Evangelii gaudium, La alegría, el gozo del Evangelio, de sus palabras en estos días y tomo también del libro del Papa Benedicto XVI sobre la Infancia de Jesús.

El Saludo del ángel a  la Virgen María cuando fue a anunciarle la encarnación del Verbo en su seno empezó con la invitación ¡Alégrate!Con ese saludo del ángel comienza en sentido propio el Nuevo Testamento. A los pastores los ángeles cantan “Os anuncio una gran alegría”. Cuando los discípulos volvieron a ver al Señor resucitado dice Juan que “Los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor” (20,20).

Y estas palabras de Benedicto XVI: En los discursos de despedida en Juan hay una teología de la alegría que ilumina, por decirlo así, la hondura de esta palabra: «Volveré a veros y se alegrará vuestro corazón y nadie os quitará vuestra alegría» (16,22).

«La alegría aparece en estos textos como el don propio del Espíritu Santo, como el verdadero don del Redentor. Así pues, en el saludo del ángel se oye el sonido de un acorde que seguirá resonando a través  de todo el tiempo de la Iglesia y que, por lo que se refiere a su contenido, también se puede percibir en la palabra fundamental con la cual se designa todo el mensaje cristiano en su conjunto: el Evangelio, la Buena Nueva»

De la intervención del Papa Francisco en su última audiencia del año, que dedicóal nacimiento de Jesús “fiesta de fe y esperanza, que supera la incertidumbre y el pesimismo” son también las siguientes alabras: “Y la razón de nuestra esperanza -ha dicho- es esta: ¡Dios está con nosotros y todavía se fía de nosotros!… Viene a habitar con los hombres , elige la tierra como su casa para estar en medio de los hombres y hacerse encontrar allí donde los seres humanos pasan sus días entre alegrías y penas . Por lo tanto, la tierra ya no es sólo un ” valle de lágrimas “, sino el lugar donde Dios mismo ha puesto su tienda, es el lugar de encuentro entre Dios y el hombre, de la solidaridad de Dios con los hombres”.

Pero en esta división de la condición humana, aún hay algo más sorprendente: “Dios no vino a un mundo ideal , idílico, sino a este mundo real, marcado por tantas cosas buenas y malas, donde hay enfrentamientos, mal y pobreza, opresión y guerra. Él ha elegido vivir nuestra historia tal como es, con todo el peso de sus limitaciones y de sus dramas…Es el Dios-con – nosotros; Jesús es Dios con nosotros…desde siempre y por siempre con nosotros en los sufrimientos y las tristezas de la historia. El nacimiento de Jesús es la manifestación de que Dios “ha tomado partido” de una vez por todas por el ser humano, para salvarnos, para levantarnos del polvo de nuestras miserias, dificultades y pecados”.

Disco 2 – Pista 10 Oigamos ahora un bambuco-caña de Leonor Buenaventura