Un cambio de las estructuras sociales en un cambio de época
Vimos en la reflexión anterior que el descubrimiento de que las riquezas son capaces de producir más riquezas, cambió el afán de acumular riquezas para emplearlas en la posesión de tierras, castillos y ejércitos, – se cambió por conseguir riquezas para invertirlas en algo que produjera más riquezas. Así se incentivó el afán de lucro, que se convirtió en el resorte clave de la mentalidad burguesa-liberal. Ese afán de hacer más dinero para seguir multiplicándolo origina en el capitalismo ese dinamismo que lo caracteriza. Ningún esfuerzo se considera excesivo si con él se aumenta la riqueza.
Como el término “burguesía” se oye mucho cuando se tratan los asuntos sociales, recordemos que llaman burguesía a esa nueva clase de personas que surgió entre el campesinado y la aristocracia, vinculadas al mundo nuevo formado por los ciudadanos del campo y de las ciudades, relacionadas por el comercio entre el campo y ciudad, habitantes especialmente de las ciudades. Burgués empezaron a llamar al habitante de la ciudad.
Leamos el comentario sobre la nueva sociedad, fundada sobre las ideas del llamado liberalismo económico, como lo presenta el P. Ildefonso Camacho en su libro Doctrina Social de la Iglesia una aproximación histórica (3ª edición, San Pablo, Pg. 46s). Nos ofrece una clara idea de lo que sucedió en el comienzo de la era industrial. Recordemos que al liberalismo económico que surgió en el siglo XIX lo caracterizaron dos ideas que defendía como fundamentales: su concepción de la libertad y su centralidad en el individuo.
En sus comienzos, el capitalismo se configura de acuerdo con la concepción liberal del hombre y de la sociedad. Por eso suele denominarse, con todo derecho, capitalismo liberal. Es el sistema dominante a lo largo de todo el siglo XIX y comienzos del XX. Consecuente por su interés por el individuo, su preocupación primaria consistirá en garantizar el libre ejercicio de la iniciativa empresarial como fuente de enriquecimiento personal. Para ello es preciso eliminar todas las trabas que dificulten el ejercicio de la libertad. Y en primer lugar, todo tipo de asociación… (Por eso su aversión a los sidicatos)
…Estas medidas son sintomáticas de la concepción liberal de la sociedad: un conjunto de individuos autónomos iguales entre sí, sin ningún vínculo entre ellos, cuyo resorte principal es su libertad; por encima de ellos, el Estado, encargado de garantizar el ejercicio más pleno de esa libertad eliminando todos los obstáculos: entre los individuos y el Estado, nada (es decir, ninguna forma de asociación o agrupación de individuos, vinculados por algunos rasgos o intereses comunes).
Laissez faire, laissez passer
De esa época o anterior es el conocido eslogan que se refiere a la libertad total de la empresa y que reza “laissez faire”, y si se trata de la libertad total del comercio, dice “laissez passer”. ¿Qué quiere decir eso? Traducidos al pie de la letra querría decir: “Déjelos hacer”, “Déjelo pasar”. Su origen está en la reacción que les produjo a las que consideraron excesivas normas para regular el comercio; los fisiócratas expresaron su creencia de que existía un orden natural o libertad de los individuos para seguir sus intereses personales y que así se contribuiría el bien común. Según ellos, ese orden natural funcionará bien sin necesidad de intervención del gobierno, con normas para regularlo. Instaban ellos al Estado a no intervenir para restringir los derechos privados ni la libertad individual y a remover las barreras artificiales al comercio y no crear leyes que consideraban innecesarias.
El término “laissez passer” tiene más que ver con el comercio y se podría traducir por deje pasar la mercancía: no le ponga barreras.
Algunos pueden pensar que esos slogans ya no se utilizan. Quizás las palabras no, pero si recordamos la grave crisis financiera en los Estados Unidos, se originó en la falta de vigilancia de los bancos por la autoridad, y tengamos en cuenta en nuestro medio la reticencia del gobierno colombiano para obligar a los bancos a bajar sus tasas de interés. Sigue viva la misma filosofía. Dejar a los bancos en libertad de manejar su negocio sin intervención estatal. Laissez significa “Dejen”, es decir no intervengan, no se metan, dejen en plena libertad a las empresas. No hay hoy una forma liberal pura exactamente igual a la del siglo XIX, pero se conservan rasgos que no niegan su origen. En el manejo del mercado la situación es clara: se supone que los mercados se controlan solos y una de las herramientas para ese control se supone que es la competencia que controla los precios.
Mencionamos también otro término que vale la pena explicar: “fisiócratas”. Se trata de la escuela de pensamiento económico que afirmaba que el buen funcionamiento del sistema económico está asegurado por una ley natural y no hace falta la intervención del gobierno. Fisiocracia viene del griego y quiere decir “gobierno de la naturaleza”.
Un escenario completo
Es importante que comprendamos el escenario completo del siglo XIX cuando se publicó la encíclica Rerum novarum, que era la coyuntura en que la sociedad estaba cambiando a nuevas formas de organización. Inevitablemente allí interviene la política, y la ideología liberal no tenía como único interés orientar a la economía, porque su comprensión del ser humano, su concepción de la persona humana incluye a la persona humana en su vida en sociedad. De ahí que la ideología liberal haya influido y siga influyendo no solo en el manejo de la economía, sino en la organización de la vida política y en los principios que guían la estructura del Estado moderno. Examinemos cómo fueron los pasos del desarrollo del Estado moderno.
Ya en los siglos XVI y XVII se habían consolidado las monarquías; fueron desapareciendo los territorios nacionales divididos y subdivididos en pequeños reinos y aparecieron los Estados nación. Esos pequeños dominios ya unificados en naciones, se convirtieron en monarquías sólidas, que eran la única autoridad en todo el territorio y que tenían una administración unificada que creó contribuciones de todos los habitantes a la corona, para financiar a ese Estado.
¿Fue positiva la formación de Estados-nación?
Como todos los extremos son perjudiciales, esa situación de las monarquías fuertes fue positivo en cuanto a consolidación de los Estados, pero como las monarquías se fueron convirtiendo en regímenes absolutistas que utilizaban los tributos más en beneficio de los gobernantes que en el bien de todos, en el bien común, se despertó la reacción por medio de las revoluciones. La más violenta fue quizás la revolución francesa que inventó la guillotina y la utilizó inicialmente contra los que consideraban enemigos de la revolución, así fueran los reyes, y terminó cobrando la vida de sus inventores y de los que habían sido las cabezas de la misma revolución. Allí murió, entre otros, uno de los principales jefes revolucionarios, Robespierre. Por otra parte la campaña de descristianización de Francia fue implacable: templos transformados en bodegas o en lugares de veneración de los nuevos ídolos de la revolución. Obispos, sacerdotes y laicos encarcelados y asesinados.
Sin pretender esos excesos, las ideas liberales sintonizaban perfectamente con los ideales revolucionarios. Sus ideas estaban de acuerdo con la abolición de los gobiernos absolutistas que tenían todos los poderes, pero sin que apoyara los excesos a que llevó la revolución. Para evitarlos, era necesario que el nuevo Estado estuviera sometido a una instancia superior que lo controlara; así se esperaba evitar las posibles arbitrariedades; de ahí surgió la idea de la Constitución a la que estarían sometidos no solo los ciudadanos sino también los gobernantes.
¿Cómo empezó la división del poder en tres ramas autónomas?
Un paso más fue la separación de poderes, para garantizar la defensa del individuo frente al Estado. En los poderes absolutos, el individuo tenía que enfrentarse a unos gobernantes que manejaban todos los poderes y por eso decidían hasta la condena a muerte. Es Montesquieu, teórico del liberalismo al que se suele considerar inventor del poder dividido por ramas autónomas: el ejecutivo, el legislativo y el jurisdiccional. Bien sabemos que después de siglos, las dictaduras han vuelto a tomarse el poder absoluto que maneja solo, los tres poderes. Tenemos ejemplos cercanos. Y la democracia, que supone la participación de todos para que no sea un grupo el que gobierne, es un sistema político, el mejor que se ha inventado, pero es imperfecto. En muchos casos es mentiroso. Elegimos a personas que creemos gobernarán pensando solo en el bien común, pero piensan más en el interés de su grupo y la corrupción las desacredita y cada vez dudamos más de su idoneidad. La separación de poderes también puede convertirse en una figura que queda escrita pero no se practica, cuando una ideología domina el sistema de elección de las personas que componen las tres ramas del poder.
Como reacción frente al individualismo fueron apareciendo las ideas socialistas
Como es de suponer, la situación que se presentó con el desarrollo de la industria, no solo consolidó las ideas liberales en defensa de la libertad individual sino que, como reacción al individualismo se diera el nacimiento de las ideas socialistas. No podemos pretender ahondar en el desarrollo de estas ideas porque harían falta muchas páginas. Digamos solamente que así como en Inglaterra se inició la industrialización, también allí surgieron ideas sociales que pensaban más en la comunidad frente al individualismo liberal. Hubo ideas filantrópicas con asomos de lo que sería mucho más tarde el cooperativismo.
Otras ideas del naciente socialismo trataban de contrarrestar el capitalismo afincado en las ideas liberales, con la asociación de los trabajadores con los patronos, con la formación de sindicatos para defender a los trabajadores. Resultaron también teóricos que veían a la propiedad como un robo. Finalmente apareció Carlos Marx con su intención de crear un socialismo científico porque las ideas llamada socialistas hasta entonces le parecieron utópicas, sin ningún fundamento que se pudiera considerar científico.
No pretenderé hacer un análisis profundo del marxismo. No es el objetivo de estas reflexciones y hay especialistas en el tema que harían un mejor papel. Solo ofreceré, en cuanto pueda, algunos rasgos que nos ayuden a comprender la posición de la DSI frente a esta corriente política aún vigente y que se quiere revivir en algunos de los países vecinos, a pesar de su fracaso en países poderosos como la Unión Soviética. Empezaremos este tema la semana entrante.
Gracias tocayo por su block; ahora voy a empezar a leer las reflexiones, y espero el proximo programa para escucharlo aqui en New York.Por radio Maria por supuesto, via internet. Dios lo bendiga.